Un segundo en tu piel
y mi alma se estremeció
ante tu querer, mi boca
sedienta de tus labios
saboreaba el deseo
de tu placer.
Un segundo en tu piel
y mi cuerpo se paralizo
sin querer retroceder,
mis ojos se compenetraron
con los tuyos y sin palabras
recorriste todo mi ser.
Un segundo en tu piel
y mi mente navego, sin
rumbo fijo, mis dedos
recorrieron cada parte de
tu cuerpo convirtiéndome
en esclava de tu éxtasis en
este amanecer.
Solo fue un segundo en tu piel
para sentirte y vivirte dejando
tatuado en tus poros la locura
de mi placer.